La tercera entrega de la serie “Panorama del Café Mexicano” por el productor y empresario Alfredo Moisés Ceja, se enfoca en una probable –o quizá, lamentablemente, última– posibilidad para sacar del hoyo a los miles de caficultores mexicanos: el consumo doméstico. Este tema ya ha sido comentado por otros especialistas del sector, que encuentran adentro de nuestras fronteras el mercado ideal para que los cafés de especialidad sean comercializados a precios por lo menos mejores que los que predominan en las Bolsas de Valores de Nueva York y Londres.
Y el panorama parece no mejorar. Recientemente, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), con sede en Costa Rica y vinculado al sistema de la Organización de Estados Americanos (OEA), aseguró que ante el desplome de los precios internacionales del café, el segundo principal producto agrícola mundial con un volumen comercial de 15 mil millones de dólares anuales y que en este 2019 ha registrado los valores de venta y compra más bajos desde 2006, provocará un fuerte impacto en millones de familias latinoamericanas y caribeñas, y generará mayores flujos de migrantes irregulares del sur al norte de América.
Con estos bemoles, el Lic. Alfredo Moisés no duda en afirmar que la probable solución está, literalmente, en nuestras manos: “Creo que el consumo interno va a ser el salvador de México porque el consumidor doméstico está pagando mejor el café que lo que se está costeando en los mercados internacionales… (Del mismo modo) creo que gran parte del futuro de la caficultora es la promoción interna y el aumento de las pequeñas cafeterías en las colonias de nuestro país”.
Sin embargo, ambos conceptos requieren por una parte, un impulso importante de la propia industria para divulgar sus diversas variedades de calidad premium al consumidor y por otra, que los propios productores se acerquen a los comercializadores y baristas, para lograr acuerdos que beneficien a ambas partes, con el fin que sus granos puedan conocerse y disfrutarse por los amantes del aromático.
Para el Lic. Moisés Ceja, es importante que sus colegas productores, sobre todo los micro caficultores, busquen opciones en las nuevas barras y cafeterías que se abren frecuentemente en las colonias populares de todo el país, como primer paso para ser conocidos por los consumidores: “No voy a decir que muchas de las marcas internacionales que vienen a abrir sus cadenas a México sirven buen café, pero si hay algunas de ellas no tan conocidas que sí sirven buenas tazas. Además, están los negocios que los mexicanos comienzan a abrir, impulsados por la cultura del café de especialidad y por eso se preocupan por ofrecer cafés de excelente calidad a sus consumidores” apuntó.
Calidad para los mexicanos al mejor costo
La idea es que al vender estos cafés al mercado nacional, se ayuda a los productores pero además, si se poner de acuerdo en el precio con los dueños de la cafetería, sobre todo aquellos caficultores que tienen lotes pequeños, el beneficio sería mutuo. Finalmente, es el concepto de ganar-ganar.
“Si creo que las pequeñas cafeterías que se están abriendo constantemente, pueden ser un punto de salvación para el productor, para seguir incrementando y comercializando su producción. No diré nombres pero hay gente que lo está haciendo bien e incluso, hay productores que están abriendo sus propias barras o bien, logran contratos directos con hoteles y restaurantes y esta práctica se sigue incrementando. Eso sí, tiene que ser café de excelentes tonalidades como el que generalmente dan nuestras zonas caficultoras para que además, podamos enseñarles al consumidor a beber una taza de mejor calidad” añadió el Lic. Moisés.
Aguacate y vino mexicanos, dos casos de éxito
Como ejemplo de lo que el Lic. Alfredo Moisés propone, se fundamenta en dos industrias que en algún momento tuvieron problemas similares que debieron encarar: el aguacate y el vino. Ambos productos reconocidos a nivel mundial, tuvieron periodos difíciles en su exportación a los Estados Unidos, altos gravámenes e incluso, el poco consumo interno. Sin embargo, poco a poco han salido avante y ahora gozan de una estabilidad que les permite por lo menos, vislumbrar un futuro menos difícil. Puede ser la mejor muestra para el café mexicano de especialidad.
Por ello, el Lic. Moisés Ceja se pregunta: “¿Por qué los aguacateros han superado todos sus problemas? Porque están organizados y le han hecho promoción a su producto. ¿Por qué los vitivinicultores lo han podido hacer? Porque están organizados y promueven sus vinos en todos lados. ¿Acaso los caficultores no lo podemos hacer? Pero no estamos organizados y esta falta de organización no es de ahora, lo venimos arrastrando desde hace muchos años”.
Es la organización de todos los involucrados en este sector lo que permitirá ver la luz al final del túnel, trabajar todos coordinados para obtener mejores resultados que cada quien lo intente en solitario. Por tanto, el director de Grupo Montegrande insiste en cuestionarse: “¿Hasta dónde vamos a seguir así? ¿Cuándo vamos a entender los productores que, si nos organizamos podemos participar más en los mercados internacionales y pelear mejores precios para nuestras cosechas? Tenemos que hacerlo, pero no queremos verlo y como dice el refrán, no hay peor ciego que el que no quiere ver”.
Por último, el Lic. Alfredo Moisés Ceja reflexiona sobre su propuesta de ampliar el consumo interno. Es preciso que la promoción de la calidad del aromático mexicano permee a todas latitudes de la República, con la prioridad de enaltecer su calidad y erradicar la percepción de que el grano destinado al mercado interno es de baja calidad: “Basta de seguir con esta costumbre de dejar las cosechas bajas para el consumo doméstico. Los mexicanos tienen derecho a disfrutar de su mejor café de especialidad y por ello, tenemos que educar su paladar para que beban aromáticos de buena calidad, sin importar que existan quienes prefieran todavía el soluble. En la medida que el consumidor aprenda a apreciar una taza de excelente calidad, exigirá y consumirá más café y junto con la promoción, permitirán paliar la grave situación en la que están los caficultores mexicanos”.
