Tengo 9 años dentro del rubro del café tanto en el ámbito del barismo, pero también me he involucrado en el tueste y ahora la catación.

Primero que nada, cuando comienza s a conocer la parte compleja de la certificación resulta interesante y quieres serlo. Mi experiencia fue más sobre el aprendizaje del café, más que l vivir el día con día. Máxime en la empresa que estoy en la que la convivencia con el grano es permanente, tanto desde su recepción en verde, los equipos para tostar, hacer análisis físico en verde. Es un aprendizaje que la practica te ayuda a entenderlo mejor pro cuando recibes la oportunidad de certificarte, lo entiende como una responsabilidad que conlleva a que te superes y hagas y excelente trabajo.,
Hice dos intentos previos antes de alcanzar la certificación, donde tomé primero un curso inicial de tres días y otros tres días posteriores para presentar un total de 22 exámenes que son muy pesados, es probar mucho café, utilizar mucho tus sentidos del olfato y gusto principalmente y manejar mucha información. El aspecto visual no se empela mucho porque inclusive en cierto ejercicio te tapan el color de la botella cuando es la nariz del café o tienes que identificar la intensidad y color de una taza, utiliza una luz neutra para que tu referencia sea solo sensorial y del gusto y esto mismo lo aplicamos día a día en cualquier actividad, cuando comemos. Me siento agradecido de tener el apoyo porque luego de dos intentos logré certificarme como catador Q Grader, porque eso es reflejo de que tu conocimiento vale pero hay que ser constante. Como en las competencias, no eres campeón a la primera
Definiría al catador como una persona con los conocimientos plenos en relación a del café en verde, su proceso de tostado y la identificación de identificación y la descripción de un perfil en taza. Hablas el mis lenguaje que tus colegas en cualquier parte del mundo, tienes que entender con claridad la homogeneidad de conceptos para que todos hablemos el mismo lenguaje, en cuanto a acidez, tonalidades, aromas y todo ello de manera ética y justa. Al final, se trata de hacer un buen trabajo y te involucres con el café en todos sentidos, esa es una de las experiencias que me gustan de esto y además, es una manera justa de comercialización del café tanto entre productores, distribuidores y compradores, el catador hace la referencia del sabor tomando en cuenta la región, sea Tanzania, África o Centroamérica y toda la cultura del café de especialidad va orientado a ello, divulgarlo y promoverlo.
Las características del café mexicano me parece su atributo sobresaliente es su dulzura y eso lo decimos muchas veces, no te pide nada a ningún grabo de otro país. Por fortuna, la formación y análisis del café e incluso se ven de manera profesional el cuidado del grano desde el campo, en el beneficio, en fin todos los detalles para que sobresalga al momento de evaluarse, tiene un cuerpo redondo y un carácter bien definido, un carácter único, así lo definiría.
Es un poco complicado explicarlo tan en frío, por lo que me resulta mejor hacer comparaciones entre un café de especialidad y uno soluble comercial. Al consumidor le recomendaría a propósito que no tiene tanta referencia como un catador, le compartiría las etapa por la que el café pasa y porque esa diferencia que difícilmente encontrará en un café comercial y al final, es llevarlos de la mano para que comprendan esas diferencias y compartan sus experiencias para que se replique el gusto por el café de especialidad.
A mí me gustan principalmente los que tuesto (risas), me parece fundamental que cuando estas tan cerca y de ti depende esa transformación, termina por encantarme lo que preparas y gusto de compartirlo con los amigos, porque comunicas la experiencia del café. Ya en concreto, los cafés de mi tierra Oaxaca que son extraordinarios; desafortunadamente de donde soy no se produce café, pero sin duda el terruño, el origen es importantísimo en la calidad. También los de Naolinco, Veracruz e incluso de Puebla e Hidalgo me han dado extraordinarias experiencias y todas ellas llevan atrás un trabajo arduo que les ofrece su carácter y es apreciado en todo el mundo.
He sido campeón barista, de arte latte, he participado en muchas competencias y empiezo en las de tostado. Siempre hay algo que aprender y siempre hay pasos que dar para impartir cursos, creo que es algo que me complementa y me gusta. Y qué mejor que ya que obtuve la certificación Q Grader, o desde la barra la preparar un espresso, cappuccino o latte, esta experiencia de compartir, o en el tostador al explicar el procedimiento y transformación del grano, me gusta muchísimo así que mi siguiente paso es ser instructor de café.
Aprender y llevar a la práctica los conocimientos que adquieres. Quienes gustan del café les resulta satisfactorio compartir su gusto por esta bebida y que a la vez, a la gente le guste. Esta sonrisa de compartir tu café en verdad lo sientes y nada es más placentero que ver que se replica día con día.