Cien años de Finca Montegrande; ejemplo de un siglo de éxito: Alfredo Moisés Ceja

El Mundo del Café Revista

Siendo una de las caficultoras más longevas del mercado mexicano, sabe que poseen un cúmulo de experiencias que garanticen el éxito en el consumidor.

En la última entrega de la serie de comentarios del titular de Grupo Montegrande, sobre el estado actual de la caficultura mexicana, aborda el éxito que su compañía han mantenido por una centena de años; cómo han sorteado las recurrentes crisis que el aromático ha vivido en este periodo de tiempo y cómo, con su ejemplo, algunas otras fincas podrían diversificarse y soportar los embates que aquejan al campo.

El Lic. Alfredo Moisés Ceja ahora vuelve su mirada a sus orígenes, o mejor dicho, al de su marca, Montegrande, que recién acaba de cumplir su primer siglo de existencia. Siendo una de las caficultoras más longevas del mercado mexicano, sabe que poseen un cúmulo de experiencias y el procedimiento para aplicar metodologías que garanticen el éxito en el consumidor tanto nacional como allende las fronteras. Por ende, su voz es de autoridad al hablar de la situación actual del café en el mundo; cuantas crisis no habrá sorteado su marca en estos cien años de existencia…

“Primero hago una remembranza. Cumplimos en el año pasado nuestros primeros cien años. La finca la inició mi abuelo, Miguel Moisés, en 1917 así que hemos sobrevivido durante un siglo a cualquier circunstancia adversa que ha vivido nuestra industria, que no han sido pocas, simplemente porque queremos el café y creemos que es un buen negocio, pese a sus altibajos como cualquier industria”, inicia su charla el Lic. Moisés Ceja.

Pero si Montegrande ha logrado mantenerse en ese escenario, ¿por qué otras empresas no? Considera el entrevistado que a los empresarios que han tenido que abandonar sus sueños les ha faltado diversificar su oferta para no depender exclusivamente del café, sobre todo en los momentos difíciles como el que se vive en los mercados internacionales: “Lo que pasa es que la gente se desespera. Mi experiencia en este negocio del café me enseño además de ser paciente, que el café si te da buenos dividendos pero tienes que diversificar tu actividad para que siga con un buen funcionamiento. Por eso me siento orgulloso de formar parte de la tercera generación de Montegrande y que mis hijos y sobrinos ser la cuarta generación familiar en la producción del café”, afirmó.

Lo difícil no es iniciar, sino mantenerse…

El ejemplo de su abuelo y fundador de Montegrande, sigue siendo la filosofía empresarial que la familia mantiene a la fecha: honestidad y trabajo constante. Así lo explica el Lic. Alfredo Moisés: “Como comenté, Montegrande lo inicio mi abuelo Miguel Moisés, emigrante sirio que llegó a México literalmente con una mano adelante y otra atrás. Por azares del destino le pagaron un negocio con unas fincas cafetaleras en la zona de Jaltenango, Chiapas y ahí fundó Montegrande junto con mi abuela, lo continuó mi papá y ahora lo tenemos mi hermano y yo, junto con mis hijos y sobrinos que ya están metidos de lleno en el negocio. No solo nos dedicamos a la producción y exportación del aromático sino también su industrialización, todo siempre con la mira en el éxito de la marca” explica.

Y precisamente la pasión que sus hijos y sobrinos viven y cobijan la caficultura, lleva al empresario a una dura reflexión: las nuevas generaciones no ven futuro en las fincas y por eso las abandonan en la búsqueda de otros derroteros para su desarrollo personal, de ahí que esta arista también deba ser atendida por los caficultores actuales.

“¿Por qué los jóvenes no siguen en el café?, porque no ven un futuro en él. Tenemos que promover ante ellos que el campo sí es una buena oportunidad de éxito, tenemos que regresarlos en vez de sacarlos de ahí y educarlos para que vean que si hay prosperidad. La premisa es simple, en el futuro los seres humanos no vamos a comer de pastillitas; los alimentos salen del campo y eso no podemos olvidarlo, ahí se producen los alimentos y la materia prima de todo lo que necesitamos para vivir, Por eso yo sí creo que el campo y el café todavía tuene muchísimo futuro”, aseguró el Lic. Moisés Ceja.

Claro está, eso no significa que la realidad se les oculte a las nuevas generaciones, pero el Lic. Moisés insiste que la paciencia y diversificación permite mantenerse a flote ante las tormentas recurrentes que aquejan a la industria: “Por ejemplo, hubo una crisis fundamental que pasó Montegrande, que yo no viví pero mis papás y abuelos si, fue en los años 50, cuando el precio internacional del café cayó a 8 centavos de dólar la libra. Me cuentan que mi abuelo guardó la cosecha de un año para otro y entonces vino un problema económico en el mundo y de repente, pasa la coyuntura y se viene el boom de precios y entonces, mi abuelo saca esa cosecha a la venta. Así superamos esa crisis de 8 centavos la libra, pero la verdad es que durante estos cien años hemos sobrevivido todo tipo de crisis en el café. Han habido crisis, todas no son de un mes, son de mucho tiempo y la vas superando y ahora mismo el café mexicano vive una crisis que confío pronto se supere”.

Urgen políticas transexenales

Para el Lic. Moisés Ceja, es preciso que las autoridades definan los lineamientos a seguir por la industria más allá de su periodo de gobierno, el que considera, uno de los grandes males que golpean al campo: “Lo que pasa, es que no hay políticas transexenales y por ello, si se llega a establecerse alguna ley de largo alcance, seguramente tendremos visión de futuro. No podemos seguir cambiando las reglas cada que hay una nueva administración, llega el nuevo presidente y su equipo trae su política agrícola y al siguiente sexenio, esta se cambia por la del nuevo mandatario. Esto no puede ser así, cada funcionario que viene quiere cambiar la normatividad y las reglas, esto es imposible.

Otro mal que aqueja al sector es la poca ambición por crecer y la resignación de algunos miembros del agro, tal como lo expresa el director de Grupo Montegrande: “Las crisis se superan con organización, disciplina y amor a lo que haces. Pero veo que aunque varios productores tienen mucho amor y dedicación a su trabajo, otros tienen un conformismo, no quiete sacrificarse o se da por vencida muy pronto. La grandes empresas siempre iniciaron siendo pequeñas, te puedo decir lo que la finca producía hace 20 o 30 años y lo que cosechamos ahora, no quiero dar cifras pero todo es cuestión de voluntad y querer hacer las cosas porque si te vas a dar por vencido a la primera, no tiene sentido. Y por eso, no sólo nosotros somos centenarios, sino otras tres o cuatro fincas que si no tiene cien, van llegando al siglo de existencia e incluso hay una que ya lo superó”.

Montegrande cubre el mercado nacional e internacional; para el exterior, lo hacen a través de una empresa del grupo, mientras el Lic. Moisés Ceja se encarga del sector interno. Mantiene contacto con tostadores a los que vende café consiente que no le van a comprar grande lotes, pero si van a adquirir 10, 20, 50 o 100 sacos, ese es el éxito de la marca, mantener una relación directa con ellos, porque para él, la lealtad es fundamental al momento de celebrar negocios.


¿Y qué visión tiene Montegrande del mercado internacional a un siglo de existencia? El licenciado Moisés Ceja da una sugerencia: hay que invertir para ganar adeptos en el exterior. Esa fórmula le ha funcionado a su compañía desde mucho tiempo atrás: “El mercado internacional tú tienes que invertirle en ganar clientes. Nosotros  andamos en las ferias internacionales con los paquetes, inviertes de tu bolsa y andas en los pasillos conociendo gente para ganar clientes, buscando quien te quiere comprar. Pero si quiete ir un grupo de gente de México, antes te preguntan qué les vas a dar. ¡No señor, tú qué vas a conseguir allá!, pero además eso no se logra a la primera. Bien dice el refrán que santo que no es visto no es adorado; hay que ser constante porque hay gente que piensa que en su primera expo en el extranjero van a traerse el portafolio lleno de pedidos, no es cierto, con uno que obtengas es más que suficiente  o a veces no consigues nada este año, pero el siguiente te traes dos o tres clientes y así vas armando la cadenita. Eso es lo que importa”.

A un siglo de existencia, Montegrande lo es todo para el Lic. Alfredo Moisés Ceja. Y así cierra la charla con la muestra que la finca que su abuelo inició hace cien años, hoy representa su mayor orgullo: “He charlado con compañías globales que también como nosotros, tienen un siglo de existencia y son buenos amigos y compradores y alguna vez vinieron a la finca para un reportaje porque también cumplían cien años y querían una finca que, al igual que su tostador en Estados Unidos, tuviera un siglo de existencia. Eso me llena de mucho orgullo que, aunque yo sea abogado con postgrado en dirección de empresas y muchísimos diplomados en otras cuestiones, para mí, mi mayor pasión es y será el café”.