Único, el rostro de cientos de familias microcaficultores mexicanas

Oscar A. Galeana Sánchez

Único conforma tres modelos y marcas de negocio: Árvore, Caravana y Colectivo

Único es ejemplo de una empresa socialmente responsable. O mejor dicho, una micro empresa, ya que sin tener las dimensiones de una gran firma, destaca por ofrecer una alternativa para micro productoras, a la par que oferta café de especialidad a través de un modelo de negocio innovador y original, además de brindar un servicio de alto performance que les ha permitido paliar los estragos económicos derivados de la pandemia mundial del COVID-19. Y esto se debe en buena medida, a la visión y empuje de su creadora, conocida amiga del ramo: Rosa Elena Cantú Cantú.

En tan sólo ocho años, Único se abre camino a paso firme con un sistema práctico pero en el que Rossy debió invertir tiempo y experiencia previa en otras industrias antes de lograr su desarrollo a plenitud. En su natal Monterrey, Cantú dividía sus días universitarios en la carrera de Arquitectura con sus tiempos libres en el negocio familiar, un café & arte donde tuvo su primer acercamiento al aromático; al graduarse, se dedicó un tiempo a su profesión antes de casarse con un joven chileno con quien vivió en la nación araucana por los siguientes cinco años, tiempo en que laboró en la Cámara de Integración Chileno-Mexicana en varios intercambios comerciales entre ambos países.

De regreso a México en 1996, Rossy se integró a la empresa familiar, una consultora y exportadora, a la que en breve le dio un giro de 180 grados para enfocarse en el café y en la atención directa al público: “El primer intento fue ofrecer cápsulas de café pero no pegó, luego pensamos en crear unidades de cafeterías móviles en carritos con un enfoque de vínculo directo entre productores y clientes y aprovechar que el mayor rango de ganancia del café es precisamente su preparación en taza. La idea era que el caficultor se beneficiara al ofrecer directamente al consumidor su producto ya preparado.

“Así surgió nuestra primera marca comercial, Árvore (árbol en portugués), y cuyo modelo como tal representa para el grupo el 2 por ciento de las utilidades, la cuales destinamos a las familias productoras que nos proveen; de esa manera tienen mejores ingresos, más justos y sobre todo diversificados, porque además de la venta de café en verde, también ganan con la preparación en taza” explica Cantú Cantú.

A partir de este modelo, en 2015 desarrollaron otros conceptos para apuntalar su idea de “negocios inclusivos”, con el fin de reconocer la participación de las pequeñas familias productoras y sus inversiones en sus plantaciones, tanto en el aspecto social, ambiental y cultural, afín que la industria avale sus aportes más allá de la simple proveeduría de grano.

“Nuestro primer carrito lo ubicamos en el Tec de Monterrey y a partir de ahí desarrollamos el concepto a una escala mayor y nació Único como tal; luego nos acercamos a una consultora que compartía nuestro compromiso social y generaba modelos similares para Chiapas con la Unión Majomut conformada por 35 comunidades indígenas Tsotzil y Tseltal, de la región de los Altos y ahí creamos la segunda marca, Caravana, cuya idea es también participar del 2 por ciento a las familias de la unión en una copropiedad, así que ellos también pueden ganar ya sea de la venta de su café verde a precio justo establecido por la cooperativa, participa de las utilidades de la venta en taza y también del modelo financiero, ya que este es tan flexible que ahora escala a nivel de franquicias, que lo mismo aplica tanto para Árvore como en Caravana” apuntó.

El crecimiento de Único era evidente y justo a inicios de 2020 lanzó su tercer concepto, Colectivo Café para Todos, proyecto integral para consolidar los esfuerzos de las familias caficultoras y organizaciones para distribuir, promover y visibilizar sus cafés.

Rosa Elena explica: “Ya manteníamos relaciones con diversas cooperativas, así que para crear este espacio nos  juntamos la Unión Majomut, la cooperativa Vidace de Veracruz, Único y después se integró la Academia Mexicana del Café, para intercambiar experiencias y dar servicio a otras organizaciones y aparte, ser un centro de distribución de los granos de ambas organizaciones para llevar directamente al consumidor final. Hasta ahora tan sólo en la CDMX hemos entregado una tonelada y media a las puertas del cliente; suelen comprarnos un cuarto, medio kilo y nosotros nos encargamos de la entrega a domicilio con una pequeña comisión a las cooperativas”.

Único conforma tres modelos, Árvore, Caravana y Colectivo y entre las tres manejan las marcas Majomut café tostado origen, Femcafé café tostado, Árvore, Caravana, Cosecha de Oaxaca, así como chocolates premium de la Academia Mexicana del Cacao y por ahora están conformes con este portafolio; no desean agregar más para mantener control con su actual oferta, amén de beneficiar a las familias caficultoras para que obtengan ingresos diversificados a partir de la misma cosecha pero además, lograr que la industria reconozca la inversión que dichas micro productoras han llevado a cabo a lo largo de los años en sus parcelas y que, lamentablemente, no se visibiliza el hecho de por ejemplo, producir bajo sombra o mantener a los jóvenes ocupados y evitar la migración.

Ahora bien, antes de la pandemia del COVID-19 Único mantenía en cada una de sus tres unidades de negocio, ventas de una tonelada y media anuales por medio de un sistema de comercialización corporativa, es decir, venta de las cafeterías móviles a empresas como AT&T, Seguros Banamex o el Tec de Monterrey, y un servicio terciario que cuenta con su propia responsabilidad social y datos duros tales como cuántas familias se benefician, cuánto café venden y cuantos artículos alternos se desarrollan en cada carrito, ya que además los insumos como pan o saborizantes son surtidos por otras microempresas, con lo cual generan economías colaborativas.

Sin embargo, con la contingencia sanitaria y el resguardo, dicho modelo resultaba insostenible, así que debió ajustarse: “Advertimos que al consumidor ya le interesa la trazabilidad más allá de saber el origen del café, sino también qué prácticas sustentables llevan a cabo sus productores, así que destacamos esas cualidades. A la par, debíamos también incentivar la economía del barrio, así que por medio de nuestras redes sociales desarrollamos todo un esquema de promoción y distribución de nuestro producto, lo que además debimos adaptarnos al lenguaje digital, ya que sabemos que la esencia del café es socializar cara a cara y eso jamás lo perderá, pero también se adecúa  a las necesidades de los nuevos consumidores” explicó Cantú.


De tal manera, una nutrida respuesta de seguidores en el Internet, aunado a la publicidad de boca en boca, les permitió ampliar su rango de acción con el plus de hacer entregas a sitios que comúnmente no cuentan con servicio de café a la puerta: “Podemos ir a Coacalco, Ecatepec o Lomas de Chapultepec y para ello, establecimos calendarios para definir un día sólo de tueste y otro exclusivamente para entregas. A la fecha contamos con una base de 160 clientes que va en aumento y todos ellos disfrutan una oferta diversa porque tienen a su disposición todas las variedades con las que Único cuenta para que elijan sin problemas el origen y variedad a su gusto; esa es la gran ventaja de tener una relación tan personal con nuestros clientes, lo que nos ha permitido salir delante de la pandemia, sin tener que recortar presupuestos o personal”, aseguró Cantú Cantú.

Esta experiencia les permite tener un contacto y conocimiento privilegiado de sus consumidores, a quienes Rosa Elena les demuestra su gratitud, ya que afirma gracias a ellos que siguen el consumo desde sus casas pese a la pandemia, han mantenido a flote ano sólo a Único, sino a todas la PyMES: “Contrario a lo que se podría creer, no ha sido la cadena HoReCa que si tiene algunos lugares activos, ni las grandes empresas las que nos han mantenido activos; los clientes a domicilio no dejan de comprarnos pero además, ese acercamiento que tenemos con ellos beneficia y fortalece a todo el sector, puesto que tememos un consumidor conocedor de lo que quiere beber y abiertos a probar nuevos productos, lo que nos obliga a elevar la calidad en taza y en el servicio”.

Único sigue en pos de empoderar y visibilizar la enorme labor de las familias y micro productoras de cafés de especialidad y como reflexiona Rosa Elena Cantú, la estrecha relación que tiene con sus clientes será el modelo a seguir para las PyMES si desean subsistir en los tiempos post COVID; caminar solos en ese difícil trayecto ya les era inviable.

“Considero que a las PyMES no nos queda de otra que tener un trabajo colectivo y ponernos de acuerdo entre todas para subsistir, complementarnos y ofertar calidad al mercado. La pandemia nos mostró que había que cambiar la manera de hacer la cosas y además, no debemos olvidar nuestro propósito, el por qué hago lo que hago. Por mi experiencia y de la familia, el foco está en cómo ayudar a igualar las oportunidades del micro productor, porque esto es muy simple, sin ellos no tenemos la materia prima, el café y si ese objetivo no lo mantuviera hoy día, seguramente ya habría cerrado. Es importante mantener tu filosofía empresarial, no olvidar el por qué haces las cosas”. 

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