Café Bruno: aroma y solidaridad en el respeto a la creación

El Mundo del Café Revista

El grupo “Fidei Donum” de la región eclesiástica italiana de Triveneto, encabezan plan en el que los pobladores tengan por medio del aromático, mejores recursos y a elevar su calidad de vida.

Los misioneros italianos «fidei donum» que prestan servicio pastoral en la parroquia de María Reina de la Paz de Chae Hom, en el norte de Tailandia, han puesto en marcha un proyecto de cultivo y comercialización de café que se caracteriza no sólo por la calidad del producto sino también, y, sobre todo, por el destino de los ingresos: becas para jóvenes, formación de los habitantes del pueblo en la gestión de cultivos sostenibles y mejora general de las condiciones de vida. La acción pastoral de la parroquia, establecida oficialmente hace más de diez años, ha abrazado los valores fundamentales expresados en la encíclica Laudato si’ del Papa Francisco incluso antes de su publicación.

Los misioneros no han dejado ningún detalle sin atender; no sólo se preocupan por que sus feligreses cultiven café de calidad, sino también en su comercialización enteramente con un caris socialmente responsable, ya que los ingresos obtenidos por el aromático se destinan en financiar becas para los jóvenes con enfoque en la gestión de cultivos sostenibles y mejora general de las condiciones de vida.

Fue el 1 de mayo del 2000 se estableció oficialmente la parroquia de María Reina de la Paz en Chae Hom, encontraron tierra fértil para dicho proyecto, ya que la comunidad se extiende en un territorio de más de 3 mil kilómetros cuadrados y a la que se confía el cuidado pastoral de 40 aldeas, dispersas en su mayor parte en terrenos montañosos y habitadas por una gran variedad de grupos étnicos: Akha, Lahu, Karen, Yao, Isaan, Lisu, Hmong, que mantienen su propia cultura, lengua y tradiciones.

La venta del café ha brindado múltiples beneficios a la población tailandesa, nación eminentemente budista y en la que sólo el 0.5 por ciento profesa el catolicismo. A decir del padre Padre Bruno Rossi, la prioridad ha sido la educación de los habitantes de la región, así que mejoraron los caminos sinuosos entre montañas que los chiquillos debían recorrer para llegar a sus escuelas y después, generaron en el mismo poblado cuatro centros educativos, al servicio de cientos de niños de más de 40 pueblos y 7 tribus diferentes: “Al día de hoy sólo dos de ellos están activos, señal de que las condiciones de movilidad para llegar a las escuelas de forma autónoma han mejorado» afirma el párroco.

Del mismo modo, los cafetales han permitido revertir la situación de contaminación ambiental en Chiang Mai, poblado que había sido el de peor calidad de aire en el Índice de Calidad de Vida del Aire de Chicago, publicado en 2019; las plantaciones de café se yerguen desde las zonas montañosas del país hasta las colinas y los valles. El Padre Bruno cuenta que la idea de empezar a cultivo sustentable llegó tras probar granos desarrollados por estudiantes habitantes de la parroquia; son de gran calidad, la cual se afianzó con el arribo a la misión de una tostadora en 2012 y, posteriormente, al implementar nuevas mejoras de cultivo, se logró un proceso de producción y venta ecológica, capaz tanto de potenciar un recurso de alta calidad como de proteger la naturaleza y la salud de las personas. Evidentemente, pudieron ofrecer su café a un precio superlativo, lo que ha contribuido a elevar la calidad de vida de los agricultores de Chae Hom y financiar las becas estudiantiles.

Y si existiera duda del buen destino de los recursos obtenidos del café, la misión es regulada por la institución sin fines de lucro “Laudato si’ social Enterprise”, creada con el objetivo de contribuir al bien común en pleno cumplimiento de la ley y la normativa estatal e inspirada en los valores contenidos en la encíclica del Papa Francisco de 2015. Bien hecho, misioneros de Fidei Donum; han elevado al cielo la calidad de sus granos –y de vida– de sus fieles.